martes, 15 de mayo de 2018

Momentos

En la vida existen momentos duros. De todo tipo.

Desde noticias que se clavan como una daga en tu pecho, hasta una película que revive diversos males internos que creías olvidados. Exámenes suspendidos que te arrebatan el verano. Labios que pierden interés dos besos después. Tu prenda favorita destrozada en la lavadora.

Las noches en las que ya no vigilas los sueños de nadie, ni compartes almohada al alba. Noches de tortura entre las cuatro paredes que guardaron todos tus recuerdos. Descubrir que la promesa que dejaste en la orilla de aquella playa hace tiempo que la marea la robó y se la llevó, junto a ella, hacia el centro del mar, donde no se distingue el agua de la línea del horizonte. Tu mirada enfocada hacia sus ojos cristalinos, mientras su sonrisa daba gracias por haber coincidido en el camino.

Y mientras ella bailaba bajo la luna llena, yo me moría de envidia. Y mientras yo trataba de memorizar el olor de su pelo y sus curvas, me sentía tan alto como el cielo y tan lleno como el infierno. Lleno por los abrazos interminables. Lleno por sus besos sabor fruta. Lleno por las sensaciones que invadían mi cuerpo.

La sensación del último café, sin saber que sería el último.

Ahora le ruego a la luna que me devuelva esos momentos que el tiempo me robó. Y al lado de una copa, le pido que nunca vuelvan a abrazarme por última vez. Que no vuelva a perder el mismo tren.

Que ninguna marea vuelva a llevarse ninguna promesa.

JP

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